
RINCÓN ESPIRITUAL DE NUESTRA FAMILIA LOURDERIANA
Señor, en el comienzo de este nuevo día, acepta mi postura de persona que se hace, mi resolución de caminar fuerte, de ser testimonio, de darme. Sé que la alegría existe, que la luz brilla, que el amor une. Y yo quiero ser alegría, luz y amor para cuantos me rodean. Quiero hacer de mí caminar una marcha hacia Tí, sin miedo de ser cristiano, sin miedo al qué dirán, sin retroceder en la vida.
Señor, en el comienzo de este nuevo día, marcho hacia Tí confiadamente, sembrando alegría, luz y amor. Señor, concédeme la gracia de servirte hoy mucho mejor que ayer. Así sea.
Virgen María, milagro de Lourdes, tu bendita presencia en la tierra, nos trae paz y esperanza, la ternura de tu corazón Inmaculado es fuente de amor y salud, tu mirada maternal nos llena de fe y alegría a toda hora, tus manos bondadosas nos colman siempre de bendiciones. A Ti la más bella y llena de gracia entre todas las mujeres te ofrecemos cada instante de la existencia para honrarte como a la mejor de las madres, dando gloria a Dios Padre, a Jesús amor infinito y al Espíritu Santo fuente de todo bien.
Enséñanos a creer como Tu has creído. Enséñanos a amar a Dios y a nuestros hermanos como Tú los has amado. Has que nuestro amor hacia los demás sea paciente, benigno y respetuoso. ¡OH Virgen de Lourdes, míranos clemente en esta hora¡ Amén.


ORACIÓN
San José: Nosotros te consagramos hoy nuestro Colegio. Acógelo como acogiste el hogar de Nazareth. Sé para él la providencia, enriquécelo con tus virtudes y carismas: la pobreza, la humildad, la obediencia, la disponibilidad, la sinceridad, la prudencia y la fe.
Enséñanos la prontitud en el cumplimiento alegre de la voluntad de Dios, el amor a Jesús y a la Virgen María y la vida interior. Pide para este Colegio el don de la contemplación activa del misterio de la encarnación del Hijo de Dios en María Virgen y el abandono filial en los brazos de Dios Padre. Implora de la Santísima Trinidad que haga de este Colegio consagrado a TI, una alabanza de su gloria en manos de María Inmaculada, Amén.

Oracion por la Familia
Haz, Señor, que en nuestra casa, cuando se hable, siempre nos miremos a los ojos y busquemos crecer juntos; que nadie esté sólo, ni en la indiferencia o el aburrimiento; que los problemas de los otros no sean desconocidos o ignorados, que pueda entrar quien tiene necesidad y sea bienvenido. Señor, que en nuestra casa sea importante el trabajo, pero no más importante que la alegría; que la comida sea el momento de alegría y de conversación; que el descanso sea paz del corazón y del cuerpo; que la riqueza mayor sea estar juntos.
Señor, que en nuestra casa el más débil sea el centro de la atención; que el más pequeño y el más viejo sean los más queridos; que el mañana no nos dé miedo, porque Dios siempre está cerca; que cada gesto esté lleno de significado; que te demos gracias por todo lo que la vida nos ofrece y tu amor nos da.
Señor, que nuestra casa sea el lugar de acogida como la casa de Marta, María y Lázaro en Betania.
Amén.